#17MCiudadTomada consiste en desmontar, desterrar y desalojar los pensamientos, la invisibilidad, las palabras, los insultos que permiten que una persona se sienta superior y se crea con derecho sobre la voluntad y vida de otra.
Estos mitos generan imágenes distorsionadas de las personas LGTBI y finalmente ayudan a fomentar esa violencia. Si frenas estos mitos, contribuyes a frenar estas agresiones.
El país del codillo / «¿Homófobo yo? si mi mejor amigo es gay…”
¿Viste a una persona trans, a dos chicas besándose o a dos chicos de la mano y creíste que podías hacer comentarios o bromitas sobre la situación?
Hacer chistes, alimentar el compadreo silencioso o hacer críticas sobre la identidad de una persona o su orientación sexual son violencias sutiles que posibilitan que se produzcan agresiones verbales y físicas.
Las personas LGTBIQ estamos en las calles, en tu trabajo, en tu escuela o en tu casa. Las personas LGTBIQ no somos parte de un circo. Todas queremos vivir en espacios seguros y cómodos: no rías el chiste homófobo, para los comentarios lesbófobos, pronúnciate frente a la transfobia.
Silencio incomodo (cri, cri, …)
No preguntar a tu hija, a tu prima o a tu compañera de trabajo por la relación que tiene con otra mujer porque crees que le puede incomodar hablar de su novia es lesbófobo. La incomodidad está sólo en ti.
Nosotras disfrutamos de nuestras relaciones y nos gusta hablar de ellas y compartir nuestra vida, si en un momento dado no queremos hacerlo, te lo diremos. La diversidad sexual y de género no es extraordinaria.
Heterosexualidad obligatoria
Somos lesbianas, gays, bisexuales, pansexuales… somos y podemos ser, amar y desear de muchas maneras. Presuponer que el deseo es sólo heterosexual es homófobo. Las preguntas que presuponen una orientación heterosexual son homófobas. Invisibilizan, coartan e incomodan cuando la persona que las recibe no responde a la norma heterosexual. En casa, en el trabajo, en clase, en la calle o en el bar.
No presupongas, no invisibilices, explora, experimenta.
¿Hombre o mujer?
No todas las personas encajamos en la categoría hombre o mujer. La realidad es mucho más diversa y compleja.
Convives con personas trans, de género fluido, personas no binarias, personas intersexuales… Si al mirarnos no sabes en qué “cajón” meternos, escucha cómo nos nombramos, si en femenino, en masculino o en neutro. No presupongas. Nuestra identidad de género y como nos nombramos es algo que decidimos nosotras.
Maricón el último
“No seas maricón”, “Qué te den por el culo”, “Vaya mariconada”, “Qué hijo de puta”, “Menuda zorra”… ¿Usas estas expresiones? Si la respuesta es sí, eres homofóbo y machista.
El lenguaje es importante, las palabras describen la realidad y nuestra forma de pensar. Estas expresiones perpetúan y refuerzan la homofobia y el machismo.
Las personas LGTBIQ y las mujeres NO queremos ser objeto de bromas, burla, risa o insulto. Estas expresiones siempre son ofensivas. Utiliza tu creatividad y cámbialas. Dale a la lengua y renueva tu vocabulario.
Eres lesbiana, pero ¿por qué te vistes como un hombre?
Opinar y criticar como viste alguien, en especial una mujer, es machista. Si además lo relacionas con su orientación sexual también es LGTBIfobico.
Tenemos derecho a vestirnos y comportarnos como nos parezca, a tener «pluma» y a no tenerla, independientemente de nuestra orientación sexual. Utilizaremos falda, pantalones o ambas a la vez si nos da la gana. Si te molesta, hazte un curso de estilismo e intenta que tus diseños pasen en la próxima pasarela. Nosotras no nos vestimos para agradarte ni para salir en la portada se Vogue, y, posiblemente tampoco nos apetezca hablar de nuestros modelitos.
¿Quién hace de hombre (o de mujer)?
No intentes encajar nuestra sexualidad en la lógica heterosexual dominante. Buscar el rol «femenino» y «masculino» en las parejas LGTBI equivale a buscar perpetuar la desigualdad de género en las mismas.
Somos mujeres, somos hombres, trans… Yo no tengo que jugar un papel u otro dentro de una relación. No tengo que «hacer de mujer» ni «hacer de hombre». No pretendas determinarme y deja de ver el mundo desde el prisma heterosexual.
La transexualidad es una enfermedad / la transexualidad se puede curar
Hay niñas con vulva y niños con pene. Hay niñas con pene y niños con vulva. Es sencillo. El sexo es una categoría que ha sido socialmente construida, pero ha sido construida de manera reducida y sin tener en cuenta la diversidad de cómo somos.
Cada persona decide quién es y cómo quiere ser tratada. El problema no es mi cuerpo, es la transfobia. La enfermedad es la transfobia.
¿Homo o hetero? ¡Aclárate!
Hay mujeres que se sienten atraídas y follan con mujeres y también con hombres (incluso con personas que no se consideran ni hombre ni mujer).
Hay hombres que se sienten atraídos y follan con hombres y también con mujeres. No es una etapa. No es una moda. No tengo que aclararme: ¡aclárate tú!
El orgullo es solo una fiesta / Está todo conseguido / Matrimonio como meta
El día mundial por la liberación sexual y de género se celebra cada año el 28 de junio desde 1969. Ese día la comunidad LGTBIQ de Nueva york inició una revuelta contra el acoso al que la policía les tenía sometidas. Estas revueltas duraron una semana.
En Madrid, la manifestación del Orgullo comenzó siendo eso, una manifestación. Ahora que los empresarios gays se han adueñado de parte de la celebración decimos que su Orgullo no nos representa. Nuestro Orgullo bebe del espíritu de Stonewall, de la revuelta, de la memoria de las represaliadas y perseguidas por la dictadura, pero también de la rabia y del dolor de las que todavía somos agredidas hoy.
Hasta que todo rastro de homofobia y transfobia sea borrada seguiremos gritando que Orgullo es protesta.